Desde el año 1997 se expone en el Museo del Automóvil un Ansaldo del año 1924, testimonio único de la industria mecánica italiana, restaurado por Juan Carlos Rizzo.
Había transcurrido un año desde la finalización de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) cuando la "Società Gio. Ansaldo & C" fundó la Sociedad Anónima Ansaldo. La importante empresa de la industria mecánica italiana se había originado en el año 1853 y, durante décadas, se destacó por la producción de locomotoras, buques mercantes y de guerra, cañones, motores navales, aviones y municiones. Curiosamente, el ARA Garibaldi y el ARA Pueyrredón, adquiridos por la Armada Argentina, fueron producidos por los astilleros de Ansaldo. A pesar de que la producción de automóviles cesó debido a la crisis económica del año 1929, los distintos modelos de Ansaldo perduraron en el tiempo como autos modernos, elegantes y de gran calidad. El primer modelo, el Ansaldo 4A, se lanzó al mercado en el año 1920 mientras que los últimos modelos, el Ansaldo Tipo 18 y el Ansaldo Tipo 22, fueron lanzados en el año 1929. El cese de la producción dejó cientos de automóviles que se distribuyeron por el mundo con el correr de los años.
Aproximadamente en el año 1929, el Ansaldo del año 1924, que hoy nos ocupa, arribó al país a través del puerto de Bahía Blanca. El primero que lo adquirió fue un señor de la ciudad de Mercedes (Buenos Aires) que, dos veces por año, al volante del mismo recorría miles de kilómetros para ver a unos parientes en Mendoza. El siguiente dueño fue un hombre de Luján que trató de repararlo pero las vueltas del destino se lo impidieron; la bancada del motor, pieza fundamental del automóvil, quedó en el taller mecánico y el mismo quebró; por lo que el lujanense se tuvo que resignar a la desaparición de esa pieza.
La noticia del Ansaldo abandonado llegó a los oídos del señor Juan Carlos Rizzo que, en ese entonces tenía el taller Fernández-Rizzo, a través de un chico fascinado por la mecánica que iba al taller a charlar: "siempre me decía que había un Ansaldo en Luján y yo tenía en mente el Ansaldo porque aparentemente una familia campanense tenía uno en los años 30 y 40" nos comenta Juan Carlos. Tras aclararse el inconveniente con la pieza, el señor Rizzo compró el Ansaldo con el objetivo de devolverlo a la vida.
La pieza en cuestión era la bancada delantera del motor que, a su vez, era el soporte de la bomba de aceite. El experimentado mecánico tuvo que rehacerla: "hice un modelo de madera en Zárate con un modelista, la fundí y Remo D´ Antonio, que en ese momento, tenía un taller de tornería en Campana, me hizo el repuesto. Ahí logré armarlo y ponerlo en marcha", asegura Rizzo.
Después de reparar la chapa y pintarlo se presentó otro desafío: las ruedas. Debido a que las llantas originales eran de chapa estampada, Rizzo tuvo que hacer un modelo de las mismas con aluminio: "entonces Lito Giacone, un gran amigo que tenía una fundición, las fundió. En mi taller, el tornero les dio forma y yo las terminé de pulir, arreglar y pintar. Después de esto, todo el auto es original."
Cuando se inauguró el Museo del Automóvil en el año 1997, el señor Rizzo llevó al Ansaldo hasta el lugar para que se expusiera: "consideré que este auto podía ser bastante interesante y atractivo para aquellos que le gustara la mecánica y quisieran ver algo distinto. Invito a todos los que quieran verlo a que, cuando se abra el Museo del Automóvil, vayan." Asimismo invita a los interesados a sumarse al Club Primer Automóvil Argentino Manuel Iglesias.
El Museo del Automóvil
Con el propósito de difundir nacional e internacionalmente el legado de Manuel Iglesias, el Club Primer Automóvil Argentino Manuel Iglesias le propuso al entonces Intendente Jorge Rubén Varela crear un museo. Tras el visto bueno de Varela y el Dr. Pedro Orquiguil y la sanción del Decreto N° 1029/97, Ordenanza 3432/97, el Museo se inauguró en el año 1997 en la calle Güemes. Cuando se cumplió el centenario de la construcción del Primer Automóvil Argentino, en el año 2007, el Museo continuó difundiendo la historia de Manuel Iglesias en el Boulevard Calixto Dellepiane.
Hoy y a raíz de la pandemia, éste museo y otros, se encuentran cerrados al público. Desde la Secretaría de Turismo informaron que los museos abrirán próximamente, aunque no nos pudieron precisar la fecha exacta.
La noticia del Ansaldo abandonado llegó a los oídos del señor Juan Carlos Rizzo por un chico fascinado por la mecánica que iba al taller a charlar: “siempre me decía que había un Ansaldo en Luján y yo tenía en mente el Ansaldo porque aparentemente una familia campanense tenía uno en los años 30 y 40".