Hoy quiero hablarles de una historia real de esclavitud. Sobre un testimonio que fue publicado para generar conciencia y pueden leerlo tanto jóvenes como adultos.

El libro en cuestión se llama "Yo fui esclava" y retrata la vida de Shyima Hall que a los ocho años fue vendida como esclava a una familia muy adinerada de Egipto para pagar una "deuda familiar", ya que a su hermana mayor que trabajaba para esas personas, se la acusó de robar una gran cantidad de dinero.

Durante la historia nos vamos a adentrar en las emociones que ella iba teniendo por aquella época. Y cuando digo "aquella", que no se interprete que fue hace un tiempo demasiado alejado, sino que pasó en este siglo.

La voz narradora nos cuenta lo duro que fue alejarse de su familia. Cómo esperaba que esa deuda algún día pudiese saldarse y pensaba constantemente en el reencuentro, pero los años pasaban y ella seguía siendo esclava.

Sus captores, en un momento determinado deciden sacarle una visa ilegal a la niña y se mudan a Estados Unidos, donde la chica también seguiría en cautiverio. Imagínense estar en el año 2000. ¿Qué estaban haciendo en ese momento?... ¿Estudiando? ¿De vacaciones? ¿Sentados en la puerta de su casa?. Y ahora imaginen una niña siendo privada de su libertad, obligada a estar encerrada en una casa trabajando 18 horas diarias los siete días de la semana, mientras los demás chicos de su edad salían a jugar y mientras ustedes quizás estaban disputando un partido de fútbol en la calle. Imaginen también el conflicto psicológico que se debe generar en la mente de un niño al pasar por todo esto.

Luego de ser rescatada, (y esto no es un adelanto del libro pues si lo está contando es porque de alguna u otra forma ya no es esclava) vendrían otros años bastante difíciles. Necesitaría que alguien la adopte, y por consiguiente, confiar en otras personas que podrían volver a traicionarla. Y la verdad es que tenía razones suficientes para pensar en eso.

Tendría que adaptarse a un nuevo idioma, pues no había aprendido inglés porque sus captores temían que pueda comunicarse con alguien, y poco a poco recuperarse de un mal que ella jamás había elegido.

La verdad es que resulta ser una historia muy conmovedora, transmite mucha esperanza, y también intenta dar consejos para poder darse cuenta de si una persona está sufriendo de algún maltrato o esclavitud. Actualmente Shyima Hall tiene veintiséis años, y demuestra una gran voluntad para que su misma historia no se vuelva a repetir en nadie. Es una persona feliz y con familia

La trata de personas es algo que ya no se debería dar más bajo ningún punto de vista. Nadie merece la esclavitud, y mucho menos, los niños.

Blog: Cenizas de Papel